En escena estos dias, la Traviata de Verdi en el teatro Villamarta. En la charla coloquio a la que asistí el pasado Miércoles, Carlos aragón y Francisco López nos brindaron su forma de ver, vivir y poner en escena la obra verdiana basada en La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas.
Yo tengo la suerte de ser un privilegiado porque asisto a los ensayos conjuntos, pregeneral y general de cada producción para hacer un reportaje fotográfico para el Coro de nuestro Teatro.
En estas sesiones a las que asisto, vivo desde la butaca en la que me siento a hacer mis fotografías todos los momentos durísimos de trabajo que realizan personal técnico, solistas, músicos, tramoyistas, directores musical y de escena, figurinista, coro, costureras, peluqueras, maquilladoras,regidora, etc. etc.
Horas y horas de arduo trabajo, de esfuerzo, de parones, de intentos siempre encaminados a conseguir la perfección dentro de las posibilidades. Todo enfocado a que los días en que se ofrece la producción al público, esta sea lo más brillante posible.
Si todo el mundo tuviera la oportunidad que tengo yo de vivir estos momentos jamás se cuestionarian los precios de las localidades ni los pequeños fallos que desde nuestra butaca pudieramos presenciar.
En una producción, concretamente en una Opera que es lo que nos ocupa, intervienen la música, la literatura, la pintura, la interpretación y un largo etc de ciencias de la cultura.
Me quedé anonadado cuando estando en esa charla coloquio, recibí un mensaje de un político de nuestra ciudad, relacionado con el mundo de la enseñanza, que me decía:
" La Opera es cultura? Seguro? Jajaja "
Sin comentarios, solo referir el hecho y el que tenga capacidad de juzgar, que juzgue.
¿Que opinará mi buena amiga Dolores Barroso, delegada de cultura de su compañero?.
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