viernes, 8 de abril de 2011

VOLVER LA VISTA ATRÁS


Para atrás, ni para coger carrerilla. Tenemos que aprender de nuestros errores, también de nuestros aciertos, vivir el presente y prepararnos día a día para encarar el futuro que nos pueda llegar.
Pero hay veces en que uno no se puede resistir a evocar ciertas cosas del pasado vivido que resultan gratas de recordar.
Aunque ahora no soy hermano de la Hermandad Sacramental de la Candelaria, la frecuento con cierta asiduidad porque en ella mantengo buenas relaciones con muchos de sus hermanos.
Hace unos días hablamos en un grupo del cambio de los tiempos y se centró la conversación en el quehacer de los costaleros que conforman las cuadrillas de todas las hermandades en la actualidad.
Cuando me tocó exponer mi punto de vista, tuve necesariamente que volver la vista atrás y evocar tantos y tan buenos momentos vividos cuando empezó a tomar cuerpo en las hermandades el movimiento costalero.
La hermandad de los estudiantes de Sevilla, la primera. Y en Jerez, la de las Angustias en el año siguiente 1974. Yo viví cada día todos y cada uno de los momentos que se sucedieron desde el primero de los ensayos capitaneados por Don Manuel Olmedo Corralero "El Papi" como capataz de la cuadrilla de los COSTALEROS POR AMOR.
Fueron noches inolvidables de aprendizaje, de amor por su venerada titular, de compañerismo, de trabajo, de respeto.
En esas frias noches de invierno en las que con una radio con grabador/reproductor incorporado les acompañaba y con el que de vez en cuando y en el momento en que El Papi lo solicitaba les ponía una marcha cofradiera para aliviar su trabajo, aprendí tantas y tantas cosas sobre el trabajo y las emociones costaleras, que fue calando en mi de manera muy arraigada todo lo que de positivo aportaba aquella nueva revolución en el movimiento cofrade.
Aquel mismo año, en el mes de Octubre, fui elegido Hermano Mayor de mi hermandad de la Candelaria.
Una de mis primeras decisiones avaladas por mi Junta de Gobierno fue la de después del ejemplo vivido con la hermandad de las Angustias, hacer en nuestra hermandad una cuadrilla de costaleros que portara en Semana Santa a Jesús de las Misericordias sobre su paso.
Pasadas las fiestas de reyes, empezamos los entrenamientos que capitaneó mi nunca olvidado y siempre queridísimo PAPI, que preparó a la cuadrilla y me enseñó a mi para saber prepararla y también para ser su capataz.
He aprendido muchas cosas en mi vida y siempre una de las más importantes habrá sido la de ser Capataz de una cuadrilla de costaleros.
Aquella Cuaresma y dentro del ciclo de conferencias que organiza la Hermandad de las Angustias fui invitado por la misma a dar una conferencia sobre los Costaleros-Cofrades.
Aquel primer Lunes Santo como Hermano Mayor de la Hermandad, no llevé en mis manos atributo alguno. Vestía mi túnica con antifaz y sin capirote (lo hice los cinco años en que fui capataz),y mi mano cogía cada vez que era necesario el llamador de hierro del Paso de Jesús de las Misericordias para conducir a la cuadrilla de "LOS PALMERAS" por las calles de Jerez como su capataz en su estación penitencial.
Durante tres Semanas Santas, llevé lleno de orgullo el Paso de Jesús de las Misericordias cargado por su cuadrilla de costaleros cofrades, sin contraguía alguno, solo mis costaleros y yo, y eso teniendo en cuenta las dificultades enormes que debido a la angostura de la puerta nos deparaban tanto la entrada como la salida de la cofradía.
La siguiente Semana Santa, la cuarta, preparé a la cuadrilla de LOS RATONES para cargar en el paso de María Santísima de la Candelaria, y fui su capataz durante dos años.
Todo este prólogo precede al comentario de que en aquellos tiempos hacia los que he vuelto mi vista, los costaleros acudían los lunes, los miércoles y los viernes una vez finalizadas sus ocupaciones a realizar aquellos duros entrenamientos para preparse a cargar con su paso. Solo podían entonces los costaleros, según los estatutos que nos dimos las primeras hermandades que abrazamos este nuevo movimiento cofrade, cargar en su hermandad. Tenían que ser hermanos de la hermandad y participar en todas sus actividades y cultos, y así lo hacían. Entonces no había ni dos ni tres cuadrillas por paso y no había relevos. El costalero entraba en el paso a la salida y volvía en el paso a la recogida.
Hoy las cosas han cambiado. Los entrenamientos no tienen en absoluto nada que ver con los de entonces y por consecuencia la preparación del costalero de hoy, no tiene nada que ver ni por asomo con la excelente que tenían los costaleros de entonces cuando se colocaban bajo la trabajadera. Hoy los costaleros entran dos o tres o cuatro veces bajo el paso según el turno que tienen para cargar y aunque haciendo honor a la verdad los hay que una vez han terminado de cargar se ponen tras el paso y acompañan a su titular hasta que les toca de nuevo volver a cargar, hay muchísimos lamentablemente que se dedican a visitar los bares que se encuentran en el recorrido, a fumar sus cigarritos y a hacer tertulias con el resto de sus compañeros de costalería mientras contemplan el paso de la cofradía (en aquellos tiempos, no es que esto fuera impensable que pudiera suceder. Es que simplemente no tenía cabida en el comportamiento costalero).
También, cargan cada día en esta o aquella hermandad, y lo que me fastidia sobre manera, aceptando que si no quieren asistir que no lo hagan, es que mientras se celebran los cultos cuaresmales en el templo que da cobijo a la hermandad, permanezcan con la molia bajo el brazo en la calle esperando que terminen los cultos para iniciar sus entrenamientos. También, hay muchas hermandades que están en manos de los costaleros y parece que estos sean los dueños de las mismas porque son los que pueden sacar o dejar en su templo un paso si no se tienen en cuenta todos sus deseos. Y como no, dejar patente, cosa imposible que sucediera entonces, el que una vez pasada la Semana Santa el noventa y cinco por ciento no vuelven a aparecer por la Hermandad hasta la siguiente cuaresma. No como antes que vivian el día a día y concretamente en la de la Candelaria, trabajaban en las ferias, las Noches Candelarias, etc. etc.
Las cosas han cambiado con el devenir de los tiempos, y en el mayor de los respetos, para algunas cosas me merece la pena volver la vista atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario