miércoles, 31 de agosto de 2011

OJO POR OJO














En torno a los actos de la JMJ-MADRID-2011, ha sucedido un incidente para nada justificable entre dos miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad Sacramental de la Candelaria.
El miembro al parecer ofendido (según él, claro está) ha planteado en Junta de Gobierno la dimisión de cinco miembros de la Junta por el cese del miembro ofensor (¿a quién queréis que os suelte, a Jesús o a Barrabás?.
Ante esta exigencia, el Hermano Mayor (que se ha cubierto de gloria), se ha decantado por cesar al miembro de la Junta que ha sido el que ha inferido la ofensa y ha mostrado una actitud poco coherente y ofensiva, en su respuesta.
Ya sabemos, o él, o nosotros. Sinceramente no se entiende que quienes vienen de proclamar ser seguidores de Cristo en ese acto celebrado en Madrid y que lo proclaman durante todo el año, tengan esta actitud coercitiva y nieguen la posibilidad de una disculpa que ponga fin al incidente acontecido.
Ya dijo Jesús, que, quién a hierro mata, a hierro muere, y también nos dijo que cuando recibierámos una bofetada, pusiéramos la otra mejilla.
Ante esta actitud que niega el amor, la caridad y el perdón te das cuenta, que no son espejos donde mirarnos. Esto lo firmo desde mi condición de pecador público y desde esta condición afirmo estar muy en paz con Dios. Más que quienes se dicen seguidores suyos y no ponen en práctica sus mandatos.